Crónicas de una oveja eléctrica

Estupidez humana

La Ordenanza Municipal de Medidas para el Fomento y Garantía de la Convivencia Ciudadana en los Espacios Públicos de Sevilla que el Ayuntamiento aprobó allá por el 2008 en su artículo 33.3 establecía:

«El ofrecimiento de lugar para aparcamiento en el espacio público a los conductores de vehículos con la intención de la obtención de un beneficio económico por personas no autorizadas, será considerado en todo caso forma coactiva de mendicidad «

El artículo 34 establece:

1. Cuando la infracción consista en el ofrecimiento de un lugar para aparcamiento por persona no autorizada, los agentesde la autoridad informarán, en primer lugar, a estas personas deque dichas prácticas están prohibidas por la presente Ordenanza. Si la persona persistiera en su actitud y no abandonara el lugar, se procederá a imponerle la sanción que corresponda.

Resumiendo que en Sevilla solo pueden ser » gorrillas» las personas autorizadas

Pues bien,   en mi  barrio desde hace un año han venido proliferado un gran número de personas autorizadas a ofrecer aparcamiento,  todas ellas pertenecientes a una asociación llamada ARICD. El horario en el que estas personas ejerce su función «voluntaria» es de lunes a viernes en horario comercial, solo es posible librase de ellas los sábados y domingos días en los que, dicho sea de paso, suelen aparecer otras no autorizadas.

El paso del tiempo, el uniforme y la regularidad  ha hecho que poco a poco a esta gente se les vea como algo normal, incluso que muchos los vean como que ejercen un servicio público.  No es extraño ver a vecinos que les saludan, entablan conversaciones con ellos o les preguntan sobre las posibilidades de aparcamiento… Pero ha sido hoy cuando realmente me he sorprendido:

En la intersección de las calles Lope de Vega y Júpiter una señora a parado su coche, se ha bajado y le ha dado las llaves a uno de los «gorrillas autorizados», este se ha metido en el coche y lo ha conducido hasta «supuestamente» un aparcamiento que se iba a quedar libre en la calle de al lado. Acto seguido el gorrilla ha vuelto y le ha devuelto las llaves y ha recibido su euro.

Me consta que esta practica de aparcar coches no es exclusiva de mi zona,  en los alrededores de Capitanía no es raro encontrar aparcacoches con manojos de llaves cual sereno, ordenado las plazas de aparcamiento como si de una parcela propia se tratara.

Entiendo que cada uno es libre de hacer lo que mejor le parezca, pero  después de darle muchas vueltas a la cabeza no logro comprender como alguien le puede dar las llaves de su coche tan alegremente a una persona que no conoce de nada, de la que no sabe ni su nombre, ni si tiene el carné de conducir en vigor.

Independientemente del riesgo de robo, parece ser que la gente no sabe que con la   nueva Ley de Tráfico  en caso de accidente, el titular incurriría en un delito contra la seguridad del tráfico como coautor del mismo y, si así lo determinan los jueces, podrían recibir la misma condena que el conductor participante en el siniestro.

No se si será la crisis o que el agua de la capital esta afectando a la gente lo que si es cierto que la estupidez humana es infinita.